CAMBOYA – Koh Rong Samloem: Lost in Paradise

Después de la mala experiencia estomacal del día anterior en el barco que nos había llevado a las islas de Sihanoukville, a la mañana siguiente amanecimos bastante mejor. Pero, aunque nuestro cuerpo nos estaba dando un respiro, nuestra cabeza seguía dándole vueltas al hecho de que, sólo unas horas más tarde, teníamos que volver a coger otro barco con destino, esta vez, a Koh Rong Samloem.

Así que, mientras yo decidía que los peces ya habían tenido suficiente desayuno el día antes, Laurita, que debía andar con hambre, se zampó un desayuno continental (del tamaño de un continente, para ser más precisos). Y cómo una cosa es ayunar y otra muy diferente ayunar mientras miras como la vecina se esta poniendo como el kiko, decidí que lo mejor sería pasarse por una farmacia a ver si tenían algo para que no se repitiera lo del día anterior. Ya lo decía Aristóteles: «las drogas no son la solución, amigo, pero a veces ayudan.». Fue entrar en la farmacia, verme la dependienta la cara color amarillo-Simpson que llevaba y sacarme unas pastillas que mano de santo, oiga!!

Cara de preocupación antes de embarcar
Cara de preocupación antes de embarcar

Una hora después ya estábamos en el muelle esperando el speed ferry. Lauri más feliz que una lombriz con su barriga llena y yo con más hambre que el perro de un ciego, empastillado hasta las cejas y mirando de reojo cómo se movían los barcos que estaban amarrados. «La cosa no pinta bien, pequeña. Encomendemonos a la química o esto acaba como ayer» decía yo.

Zarpando de Sihanoukville
Zarpando de Sihanoukville

Y la química funcionó. Y entre la química,  que aquel barco volaba literalmente por encima de las olas, con sus motores rugiendo detrás nuestro y pegando cabezazos cada vez que se encontraba con una ola más grande de lo normal, y que nos pusieron en la parte de atrás y a cada golpe de mar que dábamos entraba agua por todos los lados, la verdad es que el viaje se hizo ameno. No hubo tiempo para mareos. Bastante teníamos con cerrar la boca en cada envite del barco para que no se nos llenara de agua. Una hora y pico de viaje después, con parada en Koh Rong, la isla grande, incluida, llegábamos a nuestro destino.

Compañeros de taxi-bote
Compañeros de taxi-bote
Nuestra cabañita en Samloem
Nuestra cabañita en Samloem
Un okupa en la habitación
Un okupa en la habitación

Koh Rong Samloem es la hermana pequeña de Koh Rong. Con diez kilometros de largo, la isla tiene forma de herradura en cuyo centro se encuentra Saracen Bay. Tres muelles de madera se extienden, como brazos, hacia el mar desde una playa larga y estrecha, salpicada por las cabañas y bungalows de los centros vacacionales que hay en la isla. Aunque están una al lado de la otra, Samloem todavía no sufre los estragos del turismo que ya se están haciendo notar en su hermana mayor.

Nuestro centro de operaciones en la isla
Nuestro centro de operaciones en la isla

De hecho, por no haber no hay ni carreteras. Cuando llegas a la isla, el «hotel» que has contratado manda a alguien a buscarte en una barca y te llevan desde el muelle hasta la puerta de tu alojamiento, atravesando toda la bahía.  O mejor dicho, hasta la misma arena de la playa que hay frente a tu resort.

Pasajeros al taxi!!!
Pasajeros al taxi!!!
Refrescando el gaznate
Refrescando el gaznate

Con este panorama, os podéis imaginar a qué dedicamos nuestro tiempo los cinco días que estuvimos en la isla: levantarnos tarde, comer, leer, pasear, bañarnos, tomar el sol… Y la verdad es que sol, lo que se dice sol, no hizo mucho. Eso sí, cuando aparecía, apretaba de narices. Tanto que, confiados nosotros y de Bilbao de toda la vida, pensamos aquello de «bah, para un rato que calienta, ni crema ni hostias, oyes». Pues como cangrejitos, oiga. Y os prometo que, dada mi descendencia  senegalesa, yo no me quemo con facilidad. He visto serpientes con mas dificultad en mudar de piel que yo días después de aquello, lo juro.

Dos haciendo el indio
Dos haciendo el indio

Eso si, el plan que levábamos de antemano lo cumplimos escrupulosamente: «vamos allí y nos tiramos en la la arena una semana». Dicho y hecho. Salvo una mañana que decidimos salir a pasear por la playa para bajar el desayuno (light, como os imagináis) y que, cuando estábamos justo en la otra esquina de la bahía, nos cayó una tormenta típicamente camboyana, de esas que en vez de gotas caen baldes de agua, el resto de los días nuestro radio de acción se limitaba a 100 metros a la redonda: cabaña, bar y playa. Y, a veces ,hasta nos costaba.

Sólo falta el canario
Sólo falta el canario

No en vano, aquellos días eran una especie de homenaje que nos dimos por ser tan altos, tan guapos y tan majos (lo de la altura, en el caso de Laurita, es sólo altura de miras. ¿O pensabais que le llamamos así por capricho?). Y qué queréis que os diga: pero unas vacaciones sin playa no son unas buenas vacaciones. Os pongáis como os pongáis.

¿Tu crees que lloverá?
¿Tu crees que lloverá?
Atardece en Saracen Bay
Atardece en Saracen Bay

 

Y así pasaron los días. Perdidos en el paraíso. Prácticamente, la única gente que vimos en la isla fueron los que conocimos en la barca que nos llevó hasta nuestro hotel nada más llegar: el «capitán» camboyano, el dueño alemán del hotel y sus dos perros, que venían de Sihanoukville tras pasar la ITV a los chuchos, otro fulano que no sabemos quien era y una pareja de giputxis que… en fin, giputxis. Con esto lo digo todo.

El último día, el taxi-bote nos recogió puntualmente en la playa y nos dejó en el  muelle. Allí, esperamos al ferry que nos llevaría de vuelta a Sihanoukville. Un tiempo gris y lluvioso nos acompañaba en nuestra despedida de la isla. Tampoco es que en nuestro estado de ánimo luciera el sol. Porque aunque aún nos quedaba algún día más en Camboya, sabíamos que aquel era el inicio del viaje de vuelta a casa.

Lost in Paradise
Lost in Paradise

Poco a poco iríamos retrocediendo sobre nuestros pasos: Sihanoukville, Phnom Penh, Bangkok… Bilbao. Unos pasos que nos habían llevado lejos, muy lejos, mucho más de lo que nos habíamos imaginado durante los meses previos en los que, con tanta ilusión, preparábamos el viaje. Lejos en kilómetros pero también en experiencias, en aventuras, en paisajes, en gentes, en momentos vividos, en ganas de seguir viajando. Aquel día pensábamos que ese ferry que nos devolvía a Sihanoukville era el comienzo del viaje de vuelta. Ahora sabemos que, en realidad, no era más que el principio del siguiente viaje.

Próximo destino…

Anochece en Koh Rong Samloem
Anochece en Koh Rong Samloem

 

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2 thoughts on “CAMBOYA – Koh Rong Samloem: Lost in Paradise

  1. Hola chicos, el mes que viene me voy a Camboya y una de nuestras paradas obligatorias va a ser Koh Rong Sanloem, en qué hotel os alojasteis? Es que la verdad que en el tema de playas, bahías, dónde alojarse y todo eso estamos algo perdidas.

    Muchas gracias!!!

    1. Hola Támara:
      A ver, te cuento por partes. Nosotros fuimos un lunes y nos quedamos hasta el viernes. No había sitio para las cuatro noches en ningún hotel de los de Samloem así que tuvimos que dividirnos: dos noches en el Paradise Villas Cambodia y otras dos en el Secret Paradise Resort. Ambos dos los reservamos por booking.com así que, si te das una vuelta por la web seguro que los encuentras sin problema.

      No sé con que presupuesto contáis para el viaje. Nosotros fuimos tirando de sitios para dormir que rondaban entre los 12 y 18 dolares mas o menos. Sin embargo, nos tomamos esa semana en la isla como un pequeño lujo así que pagamos algo mas por los alojamientos. No te sabría decir precios exactos pero creó que el Paradise Villas rondaba los 50$ la noche y el Secret Paradise algo más.

      Los dos son cabañas a pie de playa. De la cama a la orilla no habrá mas de 10 metros. El Villas esta justo en el extremo izquierdo de la playa (si la miras de frente, dejando el mar a tu espalda), esta muy bien pero es un poco mas «rustico» que el otro. Eso si, tiene el mejor bar y sobre todo el mejor restaurante de la playa. El dueño presumía de ello y tuvimos que darle la razón. No dejéis de ir a comer allí algún día aunque no os alojéis allí.
      El Secret Paradise esta algo mas centrado en la playa. De todas formas, de uno a otro no habrá ni 100 metros. Daros cuenta que al final es una isla muy pequeñita. Este es mas caro pero sus cabañas son un lujo.
      En cualquier caso, os alojéis donde os alojéis, el hotel se suele poner en contacto con vosotros después de hacer la reserva para que le digáis en que ferry llegáis y así poder ir a buscaros al muelle y ayudaros con las mochilas. Así que, al llegar, atentos a la gente que ande por el.muelle porque seguramente os estén esperando.

      Otra cosa: me comentas q andáis pérdidas en tema alojamiento. Tranquilidad absoluta. Camboya es un país facilisimo para casi todo. Y lo q no resuelves tu, te lo resuelven ellos. Consejo: dejaros llevar y no planifiquéis con mucha antelación. Así podréis elegir mejor los alojamientos y, sobre todo, regatear los precios. Al principio cuesta xq no lo llevamos en los genes como.ellos pero al final te acostumbras a entrar en los hoteles y regatearles todo lo que puedas. No os de vergüenza: al final ellos salen ganando siempre.

      Si bien nosotros tiramos mucho de booking durante todo el viaje, sobre todo al principio, una vez que.le.coges el pulso al país es mejor que vayáis buscando sobre la marcha. Eso si, creo q febrero, cuando vais a ir, sigue siendo temporada alta allí. Así que, en Samloem, reservad con antelación. En los demás sitios no tendréis problemas xq la oferta de alojamientos es muy amplia, pero en la isla es mejor mirarlo con tiempo x si las moscas.

      Esperamos haber sido de ayuda. Si tenéis alguna duda más o necesitáis cualquier cosa, no dejéis de preguntar, que os ayudaremos en todo lo que podamos.

      Gracias por seguir a la gallina y un saludo! Disfrutad de Camboya!! Os va a encantar!!!

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